El alcohol incluso tomado en pequeñas cantidades influye de forma negativa en la conducción y puede ser una causa inmediata en la producción de un accidente.
Según un informe emitido por la Fundación Español para la Seguridad Vial (Fesvial) más del 30% de los encuestados creen que existen trucos, sin sentido, para eludir el resultado positivo en las pruebas para la determinación de alcohol a través del aire espirado en los controles de alcoholemia, unos ejemplos de estos "trucos" son:
- Masticar granos de café
- Esperar una o dos horas antes de conducir
- beber aceite
- tomar pasta de dientes
- comer césped
- chupar baterías de litio o monedas de cobre
- hacer ejercicio entre la primera y segunda prueba
- orinar o vomitar para perder líquidos
- soplar despacio por el alcoholímetro
Para desmentir esas creencias o mitos, los mismos que llevan a muchos conductores a desarrollar comportamientos peligrosos al volante, se afirma que los alcoholímetros y etilómetros utilizados por los Agentes de Tráfico en los controles de alcoholemia son sumamente precisos y la práctica de cualquier truco no sirve absolutamente de nada.
Además, como garantía a las pruebas de alcohol, existe la posibilidad de la extracción sanguínea para contrastar el resultado, con lo cual puede ser superior la tasa si se tiene en cuenta la hora de la última prueba con resultado positivo. Si con esta prueba se confirma la ingesta y el grado positivo de alcohol en sangre, los gastos generados de dicha prueba correrán a cuenta del conductor.
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