domingo, 5 de abril de 2015

LA FATIGA

LA CONDUCCIÓN BAJO LOS EFECTOS DE LA FATIGA
La fatiga al volante es otro de los factores de riesgo más comunes y peligrosos para la conducción. Se ha calculado que conducir fatigado se relaciona, de manera directa o indirecta, en al menos un 20-30% de los accidentes de tráfico.

Si realizas una tarea durante demasiado tiempo, antes o después llegará un momento en que tu rendimiento empezará a disminuir y no podrás continuar con ella con eficacia. Del mismo modo, conducir durante muchas horas se relaciona claramente con la siniestralidad en el tráfico, ya que con el tiempo tus capacidades para circular con seguridad van disminuyendo gradualmente, hasta llegar a límites muy peligrosos.


El factor más importante implicado en la aparición de la fatiga es conducir sin descanso durante demasiado tiempo. Existen mucho factores que influyen en este proceso, como por ejemplo, la dificultad de la conducción, el tiempo de carretera o las condiciones climatológicas. Sin embargo, estos otros factores sólo determinarán en qué momento empezarás a experimentar los síntomas de la fatiga, así como la intensidad que estos alcancen. 


¿Qué puede potenciar tu fatiga al volante?

Todo lo que facilita o hace más intensa la fatiga al volante es porque:
  • No se realizan los descansos o se hacen inadecuados.
  • Hace más difícil la conducción o aumenta la concentración necesaria para circular.
  • Aumenta la monotonía del entorno o de la propia tarea de conducción.
  • Hace más incómoda la conducción 
  • Altera el estado psicofísico del conductor
A continuación mencionaremos algunos de los factores más frecuentemente relacionados con la fatiga al volante. Te ayudará a saber cómo prevenir sus peligrosos efectos.

-Factores externos: la vía y el entorno



  • Circular por una vía con una elevada densidad de tráfico, en la que te ves sometido a frecuentes retenciones y paradas, requiere aumentar la atención y la concentración necesaria para circular, lo que puede potenciar la fatiga.
  • Conducir por una vía poco conocida hace que tengas que estar muy atento a todo lo que te rodea durante todo el rato
  • Algunos tipos de firme, o si este está mal conservado, hacen vibrar en exceso tu vehículo, por lo que la conducción será más incómoda, difícil y cansada.
  • Las condiciones climatológicas adversas hacen más difícil la conducción y te obligan a mantener un mayor nivel de atención.
- Factores del vehículo
  • Una mala ventilación o una temperatura elevada en el interior del vehículo pueden hacer más incómoda la conducción o incluso alterar el estado del conductor.
  • Una iluminación deficiente, si circulas por la noche, puede hacer más difícil la conducción y requerir de ti un mayor nivel de atención sobre la conducción y aumentar la fatiga.
  • El mal estado del vehículo pueden hacer que la conducción te resulte incómoda y más difícil.
  • Un diseño poco ergonómico del asiento o de otros elementos interiores del vehículo puede hacer más incómoda y más difícil tu conducción.
- Factores del conductor
  • Conducir durante largos periodos, no parar a descansar o hacerlo de una forma insuficiente o inadecuada, son las principales causas de fatiga al volante.
  • La prisa por llegar o mantener una velocidad excesiva durante mucho tiempo exige de ti una mayor concentración en la conducción y puede alterar tu estado psicofísico.
  • Conducir estando ya fatigado por las actividades realizadas antes de coger tu vehículo implica no descansar adecuadamente y altera tus capacidades para conducir.
  • Conducir con hambre o bajo los efectos de la somnolencia hacen que el conductor tenga que hacer un mayor esfuerzo al conducir.
  • El alcohol, las comidas copiosas, las enfermedades o el estrés alteran el estado del conductor y pueden hacer más incómoda la conducción.
  • Los cambios en los hábitos normales de conducción exigen un mayor esfuerzo en la conducción.
  • Las posturas inadecuadas en el asiento hacen también incómoda y más difícil la conducción.
  • Los conductores noveles, al no haber automatizado todavía muchos de los procesos implicados en la conducción, han de concentrarse de manera más elevada en ellos y se fatigan con mayor facilidad.
Cómo afecta la fatiga al conductor










Los efectos que puede producir la fatiga en nuestro organismo son numerosos. Muchos de ellos alteran directa o indirectamente las capacidades implicadas en una conducción segura.

Reconocer estos signos y síntomas que produce la fatiga te será de gran ayuda para:
  • Comprender mucho mejor por qué la fatiga es un factor de riesgo importante y peligroso
  • Reconocer los síntomas en cuanto empiecen a aparecer y poder frenar la fatiga antes de llegar a sufrir un accidente.
La fatiga altera tu visión...
  • Tu visión puede volverse borrosa, generando problemas para enfocar objetos en el campo visual y provocando una clara disminución de la agudeza visual.
  • Suele aumentar el número y la duración de los parpadeos, por lo que tus ojos permanecen completamente cerrados durante más tiempo.
  • Los ojos suelen quedar parcialmente cerrados, lo que es un indicar del nivel de somnolencia.
  • Si la fatiga es elevada, puede incluso producirse ilusiones ópticas, tales como percibir brillos, luces, sombras o deformaciones de la carretera.
  • El cuerpo combate automáticamente la fatiga durmiendo. No se puede controlar el momento en que nos quedamos dormidos.
La fatiga altera tu audición...
  • Puedes experimentar reacciones bruscas y exageradas ante algunos sonidos repentinos (por ejemplo frenar bruscamente al oír un claxon).
  • La sensibilidad auditiva puede disminuir, por lo que puedes llegar a ignorar parte de la información sonora que te llega del tráfico y  de tu propio vehículo.
La fatiga altera tus sensaciones corporales...
  • Son frecuentes las sensaciones de pesadez en el cuerpo.
  • En la cabeza suelen experimentarse pequeñas migrañas y sensaciones de presión especialmente en las sienes.
  • Los dolores de nuca y de espalda son muy habituales y hacen incómoda la conducción, lo que suele repercutir en frecuentes cambios de postura.
  • Es común que aparezcan hormigueos, picores y calambres en brazos y piernas.
La fatiga altera tus movimientos...
  • Movimientos más lentos, menos preciosos y menos eficaces, lo que te expone a situaciones de riesgo.
  • Disminuye el número de maniobras que realizas.
  • Aparecen los indicadores de fatiga:
       · Cambios de postura con frecuencia.
       · Estiramientos.
       · Bostezos
       · Acomodos en el asiento.
       · Movimientos de las manos, como rascarse o colocar una mano sobre la      pierna.
       · Las llamadas conductas lúcidas, tales como cantar, silbar o ciertos              movimientos rítmicos y repetitivos.
La fatiga altera tu comportamiento...
  • Aparece la desgana al volante, por lo que conduces de manera automatizada y mucho menos activa.
  • Asumes mayores riesgos al volante. Eres menos crítico con tu conducta y es probable que tengas ciertos comportamientos muy peligrosos.
  • Son frecuentes los estados de ansiedad y de irritabilidad en el conductor fatigado, lo que además puede aumentar las conductas hostiles o agresivas.
La fatiga altera la toma de decisiones...
  • Disminuye la cantidad y la calidad de la información que recoges del ambiente, debido a las alteraciones en la vista, en el oído y en tus sistemas atencionales. Es difícil mantener la concentración en el timepo y son frecuentes las distracciones.
  • Puedes malinterpretar fácilmente las situaciones de tráfico o los comportamientos de los demás, por lo que tus decisiones pueden no ajustarse a la realidad y ponerte en riesgo.
  • Tu razonamiento bajo los efectos de la fatiga estará gravemente afectado y probablemente las decisiones que tomes no serán las más adecuadas.
  • Tu tiempo de reacción se verá claramente incrementado, por lo que tardarás más en reaccionar ante una situación de peligro.


La fatiga crónica

El mejor remedio para contrarrestar el efecto de la fatiga diaria es descansar regularmente. Cuando el descanso ha sido suficientemente reparador, tu cuerpo es capaz de recuperar por completo sus funciones y puede volver a rendir al máximo al día siguiente.


Sin embargo, si no has descansado lo necesario, la fatiga seguirá disminuyendo tus capacidades día tras día. Con el tiempo, tu cuerpo comenzará a experimentar lo que se conoce como fatiga crónica, que suele repercutir en la salud y en la calidad de vida, además de producir una notable pérdida de rendimiento en el trabajo y al volante.


La fatiga crónica es muy importante para la seguridad en el tráfico al  menos en:


  • Si sufres un síndrome de fatiga crónica por la carga de tu trabajo o por unos hábitos inadecuados de descanso, con el tiempo puedes fácilmente sufrir un siniestro.
  • La conducción puede convertirse en la principal fuente de fatiga en aquellas personas que por su trabajo han de pasar numerosas horas al volante. En ellos el riesgo de accidente puede ser muy alto.
Ambas situaciones son inadecuadas y se hallan relacionadas con numerosos siniestros de circulación. El caso de los conductores profesionales representa una situación de especial relevancia para la seguridad vial, debido a la cantidad de horas que pasan al volante, al tipo de vehículos que manejan y al tipo de cargas que transportan.

Consecuencias de la fatiga crónica
Se puede distinguir tres fases:
  • Fase de alarma: Los signos y síntomas ya comentados anteriormente se convierten en una señal de advertencia. Cuando has estado realizando esfuerzos prolongados, el cuerpo advierte de que tus fuerzas son un recurso limitado y debes descansar, ya que si no lo haces tus funciones empezarán a fallar.
  • Fase de resistencia: Si la situación de fatiga continúa en el tiempo, el cuerpo trata de resistirse a ella. Los signos y síntomas  parecen mejorar y podemos encontrarnos parcialmente recuperados. Pero, continuar sin el adecuado descanso nos llevará a una situación muy grave para tu salud y para tu seguridad.
  • Fase crítica: El organismo termina por agotarse y sufriremos inevitablemente los efectos de la fatiga crónica. Se pueden manifestar graves problemas de salud y fuertes alteraciones en tus capacidades.
Además, de todas estas alteraciones de fatiga aguda, la fatiga crónica se relaciona con las siguientes consecuencias para la salud:
  • Puede derivar enfermedades como hipertensión arterial, lesiones coronarias, infarto o úlceras de estómago.
  • El sistema inmunológico puede quedar gravemente alterado, por lo que aumenta la probabilidad de contraer cualquier enfermedad infecciosa.
  • Suelen aparecer con frecuencia dolores musculares y de articulaciones, así como dolores de cabeza y trastornos digestivos.
  • Problemas de fertilidad, complicaciones en el embarazo o alteraciones de la menstruación.
  • Consumo excesivo de medicamentos, estimulantes, alcohol o drogas.
  • Insomnio, depresión o ansiedad.
La fatiga en el transporte profesional
Detrás de una gran parte de los accidentes de vehículos profesionales, como por ejemplo un camión o un autobús, sus conductores habían permanecido al volante durante demasiado tiempo. Esto hace que la fatiga sea una de las principales causas de siniestralidad en el sector del transporte.

Un conductor profesional pasa la mayor parte de su jornada laboral al volante. Si está fatigado, las posibilidades de sufrir un accidente se disparan, debido al elevado número de kilómetros que recorre en esta condición tan peligrosa.

Además, este tipo de accidentes tiene graves consecuencias, humanas y económicas, sobre todo cuando se trata de vehículos pesados o transportan mercancías peligrosas.

Es una cuestión de vital importancia para la seguridad vial que haya una regulación legal sobre los tiempos de conducción y de descanso en el transporte profesional. Esta reglamentación es una garantía de protección.

Incumplir la normativa sobre tiempos de conducción y descanso para los conductores es una irresponsabilidad que nos pone en riesgo a todos. Por ello, es muy importante que tanto las empresas como los conductores la cumplan con rigor, ya que muchas vidas dependen de ello. 










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